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Es poco frecuente ver morir a un ministro en ejercicio y siempre resulta impactante una muerte súbita. En este caso, la de un hombre de 71 años que parte temprano de Lima en avión una mañana de lunes para morir en una ciudad de nuestra selva norte, Santa María de Nieva. Tal fue el final del general retirado José Huerta, afectado por un fallo cardiaco que no pudo ser socorrido a tiempo. La reacción de la clase política ha sido unánime. Y uno de sus predecesores, Jorge Nieto, insistió en que José Huerta era sobre todo “un hombre bueno”.
La notoriedad del desaparecido ministro fue creciendo desde el momento en que desautorizó las especulaciones en torno a un supuesto “golpe”, con las que algunas corrientes pretendían desacreditar al presidente Vizcarra. Huerta se comprometió también con el operativo de lucha contra la minería ilegal y la deforestación en La Pampa, Madre de Dios, acentuando el vínculo de la Fuerza Armada con la política ambiental. El general Huerta no ocultaba su decepción por la situación en el VRAEM, donde más de cincuenta puestos militares no ha sido capaces de derrotar las bandas dirigidas por los hermanos Quispe Palomino.
En los últimos tiempos Huerta se hizo notar por su reprobación de la conducta del general Edwin Donayre, condenado por robar gasolina al Ejército, hoy prófugo de la justicia. Desmintió también las afirmaciones contra el satélite adquirido por el Perú, del cual decía que funcionaba perfectamente y que proporcionaba fotografías al Estado y al sector privado.
La última entrevista la concedió el pasado viernes 14 a RPP, donde acudió rodeado por alumnos- inventores del Instituto Tecnológico del Ejército. Su última intervención pública fue para defender las campañas del Ministerio de la Mujer a favor de la igualdad de género, incluyendo la iniciativa de los mandiles rosados, que despertó tanto adhesiones como airadas protestas. Huerta murió mientras realizaba un viaje para supervisar el estado de puestos en nuestra frontera norte.
Junta Nacional de Justicia
En el plano institucional, el día de ayer se llevaron a cabo las entrevistas a los tres candidatos que aprobaron el examen de conocimientos en el proceso de selección de la futura Junta Nacional de Justicia. Rafael Dumet tuvo que explicarse sobre el contenido y la virulencia de sus expresiones en redes sociales, incluyendo referencias escatológicas y homofóbicas dirigidas contra adversarios ideológicos. Sabiendo que no es lo que se espera de una autoridad judicial que descalifique a personas refiriéndose a sus madres, Dumet se limitó a decir que lo que él escribe “no lo define”. Otro de los candidatos, Víctor Cubas, negó haber recibido cincuenta mil dólares de soborno por haber contribuido a desestimar una denuncia contra familiares de Alberto Fujimori, tal y como afirmó Vladimiro Montesinos.
Glaciares amenazados
El día de hoy se llevará a cabo un taller sobre el retroceso de los glaciares en nuestro país. La filial peruana de la ONG CARE destaca las graves consecuencias que el cambio climático tendría sobre los glaciares, que son fuente del agua que usamos para el consumo doméstico, para la agricultura y para las centrales hidroeléctricas. La desglaciación implica también el riesgo de inundaciones. El Perú se ha dotado de una institución especializada en los glaciares, presidida por la científica Gisela Orjeda, el Instituto Nacional de Investigación en glaciares y ecosistemas de montaña, INAIGEM.
La Dra. Orjeda participará también a fin de julio en una exploración al Huascarán, dirigida por el experto Lonnie Thompson, responsable de la más grande hieloteca del mundo, en la Universidad de Ohio. Algunas previsiones hacen temer que a fines de siglo no existan más nieves perpetuas. Mayor razón para exigir al gobierno que publique cuanto antes el reglamento de la Ley de Cambio Climático.
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