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La elección de Francisco Sagasti como presidente del Congreso constituye un punto de quiebre en la espiral de conflictos y divisiones a la que nuestro país parecía condenado. Elegido con 97 votos sobre 123, solo Fuerza Popular y UPP rechazaron la lista multipartidaria encabezada por el hasta ayer miembro de la bancada del Partido Morado. La Mesa Directiva incluye también a Mirtha Vásquez del Frente Amplio, Luis Roel Alva de Acción Popular y Matilde Fernández de Somos Perú.
De acuerdo a lo previsto en nuestro marco normativo, esta tarde prestará juramento como Presidente de la República, encargado de liderar la transición que nos llevará a la instalación de las autoridades que sean elegidas el próximo 11 de abril. Desde ya, Sagasti ha anunciado el apartamiento de su partido y de la plancha presidencial encabezada por Julio Guzmán. Sagasti ha enfatizado su compromiso con la realización de elecciones limpias, en los plazos previstos y sin ninguna forma de injerencia del Ejecutivo. Ha definido también otros ejes de lo que será su acción política: la lucha contra la pandemia, la recuperación económica y la erradicación de la corrupción.
Para responder a ciertas expresiones de desconfianza surgidas en medios conservadores, Sagasti remite a Perú: Agenda y Estrategia para el siglo XXI, libro publicado hace veinte años en colaboración con el psicoanalista Max Hernández .
Nacido en Lima hace 76 años, el nuevo presidente es descendiente de un héroe de la batalla de Tarapacá, Francisco Sagasti Saldaña. Su lado materno remonta a emigrantes austriacos que se afincaron en nuestro país, de donde procede su germánico segundo apellido: Hochhausler. Estudió ingeniería industrial en la UNI y en la Universidad de Pensilvania, donde hizo un doctorado sobre el papel de las ciencias y la tecnología en las políticas públicas de los países en desarrollo. Fue presidente del Comité de ciencia y tecnología de la ONU. Dirigió la oficina de planificación estratégica del Banco Mundial, antes de regresar al Perú y fundar la Asociación que elaboró Agenda Perú. Se le conoce también por su afición a la música y la publicación de un disco con sus composiciones bajo formas de vals.
En su discurso de agradecimiento, Sagasti afirmó que no corresponden las celebraciones porque todos estamos de luto por la muerte de dos jóvenes que manifestaban pacíficamente sus exigencias democráticas. Sus palabras enfatizaron la necesidad de restablecer la confianza y de promover la tolerancia para que seamos capaces de convivir e incluso colaborar con personas que no comparten las mismas ideas: “Haremos todo lo posible por devolver la esperanza a la ciudadanía, para demostrarle que puede confiar en nosotros y que somos responsables”.
A su salida del Palacio Legislativo, el flamante presidente dialogó con manifestantes ante quienes se esforzó en dar garantías de que sus derechos serán respetados, incluyendo el derecho a la verdad sobre la muerte de los jóvenes Inti Sotelo y Bryan Pintado.
El Ministerio de Salud ha reportado que un total de 201 personas han sido atendidas en hospitales de Lima como consecuencia de enfrentamientos con la policía, lo que ha tenido un notorio impacto internacional, como evidencia la declaración del Secretario General de la ONU.
La llegada al poder de Francisco Sagasti y la promesa de un gabinete pluralista parece capaz de modificar el clima político de los últimos días. Será una paradoja que un hombre de 76 años pueda conectarse con una generación de jóvenes decididos a movilizarse por sus convicciones. Lo anticipaba el filósofo Salomón Lerner Febres en una entrevista publicada en La República: “Vemos jóvenes con el carácter suficiente no solo para hablar sino actuar… Son buenos ciudadanos y nos auguran, ojalá, políticos mejores”.
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