La Iglesia Católica es la más antigua institución existente en nuestro país. La Iglesia es heredera del Imperio Romano del que asumió su ciudad capital, Roma, su lengua oficial, el latín y el título de su jefe, Sumo Pontífice. Pero al mismo tiempo, la Iglesia integra al mundo mental del Imperio la enseñanza de Jesús de Nazaret quien propuso una lectura personal del Antiguo Testamento resumida en la idea de un mandamiento nuevo: “Ámense unos a otros como yo os he amado”.
La Iglesia ha sabido adaptarse a cambios y desafíos a lo largo de dos mil años de historia: la fragmentación del Imperio en el siglo V, la aparición de ciudades y universidades en el siglo XII, la captura del Papado por usurpadores en Aviñón, el cisma protestante, la evangelización de América, la doble condena del liberalismo y el socialismo, las guerras mundiales, la globalización.
En el continente americano viven hoy la mitad de los 1,300 millones de católicos del mundo, organizados en diócesis bajo la autoridad de obispos. América Latina y el Caribe cuentan con 1,400 obispos organizados en el Consejo Episcopal Latinoamericana, CELAM. Esa institución, fundada en 1955 acaba de elegir por primera vez como presidente a un religioso peruano, Monseñor Miguel Cabrejos, Obispo de Trujillo.
El nuevo presidente del CELAM, nacido en Chota, miembro de la Orden Franciscana, ex -vicario castrense, vice-canciller de la Universidad Católica, ha dado muestras de su compromiso como pastor espiritual, pero también como promotor del diálogo y la tolerancia en nuestro sociedad. Su reciente papel de mediador en la crisis de Las Bambas recordó su intervención en otros momentos igualmente dramáticos como Bagua y Conga.