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El puerto que se viene construyendo en Chancay es una de las obras de infraestructura más importantes de los últimos tiempos en nuestro país. La costa de Chancay ha sido escogida a causa de la profundidad del calado, más de 18 metros, lo que permitirá atracar a los barcos más grandes del mundo, capaces de transportar 200,000 toneladas de mercaderías. Chancay está destinado a acoger el que será el puerto más importante de nuestro país, un factor que dinamizará nuestro comercio con las potencias ubicadas en el otro extremo del Pacífico, entre las cuales China. La empresa china Cosco Shipping especializada en la construcción de puertos es la principal inversionista. El proyecto de construcción del puerto cuenta con los permisos ambientales y sociales y se espera que tenga un impacto mayor en la economía del llamado Norte chico, en particular en la generación de empleo formal. Desdichadamente un accidente ha tenido el efecto de ducha fría sobre quienes esperaban que el puerto entre en funcionamiento de acuerdo al calendario. Es plenamente comprensible el impacto producido por el hundimiento de terrenos sobre los que existe todo un barrio de la periferia de Chancay. Los afectados tienen, naturalmente, el derecho de ser reparados por el daño material y moral causado por lo que parece un deficiente cálculo de la resistencia del terreno. Un túnel de una extensión de dos kilómetros que atraviesa la carretera Panamericana Norte merecía la ingeniería más exigente para no echar a perder la imagen de una empresa que se esforzó en ser bien aceptada por la población local. Desdichadamente, el accidente ha sido utilizado por dos tipos de críticos: los que se oponen a una megainversión en general y los que se oponen al desarrollo de la inversión china en nuestro país. La empresa debe proponer una solución a los reclamos, el Estado debe velar por el respeto de los derechos de todos.
Las cosas como son
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