En el Perú los partidos activan sus mecanismos internos para formar las listas de candidatos que deberán ser inscritas a más tardar el 18 de noviembre. El APRA ha vuelto a dar un espectáculo de división que ha enfrentado a sectores sin que resulte fácil saber a qué corresponden. Una interpretación ha sido dada por Ricardo Pinedo, exsecretario de Alan García, quien fulminó: “La actual dirigencia del partido corresponde a los intereses de personas que han hecho negocios con Luis Nava”. Y no se privó de señalar que el expresidente se suicidó para no verse obligado a dar cuentas por los delitos cometidos por Nava y su gente.
Es una buena noticia que el ministro Jorge Meléndez haya renunciado, según él, para evitar que su caso sea usado para criticar al gobierno. La verdad es que se acumularon varias denuncias contra Meléndez y no es razonable que un ministerio social como el MIDIS ofrezca dudas en plena campaña electoral.
Una institución que funciona contra viento y marea es la Superintendencia de Educación Superior, Sunedu. Ayer anunció por primera vez que negaba la licencia de funcionamiento a una universidad pública: la San Luis de Gonzaga de Ica. La lista de faltas es vasta y convincente: ausencia de plan de estudios, de infraestructuras adecuadas, de programas de investigación. Sus 19 000 estudiantes deberán acogerse a un plan para culminar sus estudios en otras universidades.
Esperemos que con la misma independencia actúe el Consejo de Minería, llamado a pronunciarse sobre la Licencia de Construcción del proyecto minero Tía María. La decisión del Consejo sentará un precedente que contribuirá a clarificar sin prejuicios ni presiones un tema decisivo: ¿queremos o no inversiones mineras capaces de satisfacer las exigencias sociales y ambientales?
Las cosas como son